Día de la Salud Universal
Introducción
La salud mental es parte integral de la salud universal, en tanto salud no es meramente la ausencia de enfermedad, sino que incluye el bienestar de la persona. Algunos trastornos mentales tienen alta prevalencia y tienen un impacto serio en la calidad de vida de las personas, afectan a sus seres próximos y sus comunidades. Sus costes no son meramente emocionales o conductuales, sino también económicos. Proveer salud para todos es una cuestión ética, pero también de interés socioeconómico. Los avances en las intervenciones psicológicas y médicas para el abordaje de trastornos mentales comunes permiten hoy contar con herramientas simples, basadas en evidencia, con buena relación costo-efectividad.
La cuestión
El nuevo sistema inglés de acceso a los tratamientos psicológicos nació de un encuentro azaroso entre un gran psicólogo clínico – David M. Clark- y un reconocido economista –Richard Layard. Éste último comentó, con algo de pesadumbre, que luego de dedicar una vida a lograr que la gente tuviese empleo, había visto que la investigación mostraba que el bienestar de las personas en Inglaterra se veía mucho más afectado por padecer un trastorno mental que por el desempleo. La depresión mayor recurrente, por ejemplo, es un problema muy frecuente, asociado a sufrimiento, suicidio y significativos costos laborales, comparables o superiores a los generados por las enfermedades cardiovasculares.
Layard y Clark unieron esfuerzos para crear un programa de acceso a las intervenciones psicológicas para trastornos mentales comunes. Este programa cambió una regla básica del sistema de salud nacional británico, permitiendo el acceso directo a un especialista. El programa incluye intervenciones de baja intensidad para problemas menores, conducido por terapeutas con una formación más básica, e intervenciones de alta intensidad para problemas más graves, a cargo de psicoterapeutas especializados. Generado durante el gobierno laborista, fue sostenido con el cambio a una administración conservadora, debido a sus resultados y su costo-efectividad.
El programa tiene una serie de aspectos interesantes: incluye en su presupuesto el entrenamiento y supervisión de los profesionales para implementar intervenciones basadas en evidencia; está disponible en cada municipio del país; cuenta con seguimiento en línea para transparencia y evaluación del nivel de recuperación; ofrece supervisión institucional cuando los niveles de resultados caen por debajo de los mínimos establecidos; reduce el número de intervenciones a aquellas con la mejor evidencia y mayor escalabilidad. Además, el número de las intervenciones realizadas permite una investigación clínica de una escala jamás conocida en la historia de la investigación en psicoterapia.
Un aspecto muy interesante del programa es que, en muchos casos, los tratamientos resultan más baratos que los costes en los que incurriría la comunidad en el caso de no brindar asistencia. Si bien la salud no tiene por qué ser rentable, es importante destacar que enfocar la gestión de los problemas de salud –mental, en este caso- desde una perspectiva global y basada en la investigación hace también a la racionalidad económica.
Por último, estos sistemas tienen la ventaja de ser particularmente adecuados para la implementación de psicoterapia de precisión, esto es, aplicación de la tecnología de datos para una mejor selección de la mejor intervención para un paciente dado, en presencia de varias estrategias terapéuticas eficaces.
Conclusión
Los cambios tecnológico-científicos han generado avances muy significativos en el abordaje de la salud. Vivimos más y mejor gracias a esto, pero la complejidad de la gestión en salud es innegable. La capacidad tecnológica creciente de manejar datos complejos y generar políticas sobre ellos da una esperanza fundada para el futuro. A la vez, nos hace notar la necesidad de recibir formación actualizada sobre los modos de gestionar las organizaciones de salud y nuestra propia práctica de un modo actual, eficiente y efectivo.
Eduardo Keegan
Profesor de Clínica Psicológica y Psicoterapias, Universidad de Buenos Aires