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El examen MIR reina en «objetividad» frente a sus homólogos internacionales

La fuga de médicos es un problema que se agudiza en España. Los facultativos escapan atraídos por las mejores condiciones laborales y salarios ofertados en otros rincones del planeta, como refleja el aumento de las peticiones del certificado de idoneidad, hasta superar las 5.000 en 2023. La mayoría han realizado la prueba MIR, aunque el aceleramiento de la salida de sanitarios podría ocasionar que los graduados en Medicina optasen por centrar sus esfuerzos en los exámenes de acceso a los sistemas sanitarios de otros países, como Reino Unido, Estados Unidos, Italia o Alemania. Eso sí, los candidatos deben tener en cuenta algo: el ejercicio español es de los únicos que garantiza igualdad de oportunidades entre todos los participantes, tal y como señalan los expertos de la prueba. 

«El MIR tiene una ventaja clara y es la objetividad. Las reglas del juego son las mismas para todo el mundo y consigue plaza el que mejor nota saca», ha señalado el coordinador del claustro de profesores de preparación de la prueba de acceso a la Formación Sanitaria Especializada (FSE) para Medicina de la academia CTO, Antonio Martín. Y es que los procesos de países como Estados Unidos o Alemania están sujetos a entrevistas, por lo que existe un cierto componente de subjetividad, que dificulta que se mantengan ciertos niveles de equidad en la obtención de plazas médicas.


«El MIR tiene una clara ventaja y es la objetividad», ha señalado Martín

Asimismo, el docente de la academia AMIR, Carlos Carazo, ha añadido que el hecho de que el MIR sea «un proceso estandarizado y centralizado a nivel nacional» favorece a que exista una mayor igualdad de oportunidades. Además, la estabilidad de la prueba española -pese a los cambios, como es el caso este año del fin de la nota de corte– permite a las academias conocer bien el sistema y poder preparar a los alumnos de forma precisa para hacer el examen. Es más, los ejercicios destinados al acceso a FSE -independientemente del grado realizado- acostumbran a repetir preguntas e incidir en determinadas partes del temario.

No obstante, el MIR también presenta desventajas frente algunos de sus equivalentes internacionales. Carazo ha señalado que se trata de un examen muy competitivo, debido al gran número de candidatos que se presenta cada año, lo que se traduce en un peor acceso a las especialidades más populares. Por otro lado, la realización de la prueba un único día -cosa que no sucede en otros países, con diferentes fechas- genera un mayor estado de rigidez y aglutinamiento de personas. Además, el experto de AMIR echa en falta un apartado de evaluación de habilidades clínicas, como si tiene el Reino Unido. «Creo que es una faceta fundamental de la profesión médica. Por ejemplo, observar el trato humano de un candidato debería ser algo a considerar, ya que este es clave para llevar a cabo una atención de calidad», ha explicado.

¿Preparar el MIR u otro examen para trabajar en otro país?

En caso de tener claro que se quiere ejercer fuera de España, escoger el MIR o la prueba del país destino es una pregunta complicada, ya que no existe un patrón que se aplique en todos los países, sin contar que los exámenes pueden padecer cambios que hagan que la respuesta varíe. Por ejemplo, si se opta por el Reino Unido, Carazo ha recomendado especializarse en España, ya que la duración de la residencia en un centro británico puede ser el doble. Sin embargo, en el caso de Francia o Portugal, con procesos similares al español, el alumno podría presentarse directamente a sus respectivos ejercicios.

Por su parte, Martín ha explicado que en Estados Unidos el alumno puede realizar el MIR y después cruzar el océano Atlántico para trabajar, debido a los cambios realizados en su prueba. «Antes, después de realizar el examen, te tenías que quedar en el hospital que te escogía para hacer la residencia. Ahora, en algunos estados, si demuestras tu especialidad, puedes aprobar el ejercicio y comenzar a ejercer como adjunto, sin tener que repetir el periodo formativo», ha señalado el experto de CTO.

Exámenes médicos para el mundo anglosajón

Antes de presentarse a cualquiera de las pruebas ofertadas fuera del país, las academias avisan que los candidatos deben contar con un gran conocimiento del idioma oficial del destino al que se aplica. Esto es fundamental para la comprensión de las preguntas y poder responderlas correctamente. Además, esta será la lengua con la que los facultativos atenderán a los pacientes.

Si se pretende trabajar en el Reino Unido, los médicos se enfrentarán al United Kingdom Medical Licensing Assessment (Ukmla), sustituto del PLAB -requerido previamente para médicos provenientes de países no pertenecientes a la Unión Europea. Este es el primer año en el que se llevará a cabo y es obligatorio para todos los facultativos no ingleses, incluidos los españoles, que en tiempos del PLAB no tenían que realizar ninguna prueba para ejercer en el país. Los nativos lo realizarán como parte de sus exámenes finales.

El Ukmla consta de dos partes: el Applied Knowledge Test (AKT), un examen de teoría similar al MIR, y el Clinical and Professional Skills Assessment (CPSA), un examen práctico similar al ECOE. Sin embargo, no es el único paso para acceder a la formación especializada. Tras la prueba, los graduados ingresarán al Foundation Programme, en el que durante dos años se proporciona experiencia clínica esencial. A continuación, se permitirá el paso a la rama concreta elegida. Por lo tanto, el periodo de residencia se prolonga.

Para Estados Unidos, los médicos tendrán que transitar por el United States Medical Licensing Examination (Usmle). Se trata de un proceso dividido en tres etapas:

  • Step 1: Evaluación de ciencias básicas (Estadística, Bioquímica…).
  • Step 2 CK (Clinical Knowledge): Examen de conocimientos clínicos, más parecido al MIR.
  • Step 3: Aplicación del conocimiento clínico en un entorno -aunque no es necesario para obtener el título de médico-.

Superadas las tres fases, los facultativos entran en un proceso conocido como ‘Match’, en el que, a través de entrevistas, los hospitales eligen a los médicos que desean tener en su plantilla para completar la formación. «Valoran publicaciones en revistas científicas, experiencia en otros centros o contactos. Así, no siempre se elige a la persona que tiene la mejor nota en los ‘steps’», ha aseverado Martín.


«En Estados Unidos no siempre se elige al que mejor nota saca en el examen», ha detallado Martín

Las pruebas de otros países europeos

El Épreuves Classantes Nationales (ECN) es el examen que realizan todos los graduados en Medicina que buscan especializarse en Francia. Se asemeja al MIR al tratarse de un tipo test con preguntas de opción múltiple, sin embargo, es más largo, al contar con 360 cuestiones, en tres días de prueba. La nota obtenida ubica a cada candidato en un listado nacional para elegir especialidad y lugar para su formación. A diferencia de España, no se tiene en cuenta la medida de la carrera.

En Italia, el acceso a la formación especializada se realiza a través del Concorso Scuole di Specializzazione in Medicina (SSM). En total, 140 preguntas de opción múltiple -menos que el MIR-, que abarcan desde temas preclínicos hasta clínicos aplicados. La calificación final se calcula mediante la suma del resultado del examen con puntos adicionales por el expediente académico y la tesis de investigación del aspirante.

Similar al ejercicio español es la Prova Nacional de Acceso (PNA) de Portugal. Se trata de un examen nacional de 100 preguntas de opción múltiple, a responder en cuatro horas. Los resultados determinan el ranking nacional de los candidatos, quienes eligen su especialidad y hospital de formación según su posición en la clasificación.

La situación es diferente en el mundo germánico. Alemania, Suiza y los países nórdicos no cuentan con un examen unificado como el MIR. Para conseguir la especialidad, los médicos deben homologar su título y luego solicitar plazas de formación en los hospitales directamente, que los seleccionan mediante entrevistas, cartas de recomendación y méritos de investigación. Mismo escenario se reproduce en Países Bajos, en los que algunas instituciones piden la realización de algún examen sobre el propio centro. Eso sí, su residencia puede ser más larga que la española: determinadas disciplinas piden hasta seis años de ciclo formativo.