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En 2050 habrá 152 millones de personas afectadas por demencias y trastornos amnésicos

En este artículo, nos centraremos en la Enfermedad de Alzheimer con motivo del Día Mundial de esta enfermad que se celebra el día 21 de septiembre.

El aumento de la esperanza de vida en los últimos años está provocando un incremento de los casos de demencia, se estima que para el año 2050 habrá 152 millones de personas afectadas en el mundo (Llibre-Rodriguez, Gutiérrez y Guerra, 2022). Ante tal panorama es importante desarrollar medidas y estrategias para identificar aquellos casos incipientes y poder retrasar el curso de la enfermedad, pero también para prevenir el desarrollo de esta, actuando sobre todo en aquellos factores de riesgo modificables como son la alimentación o el estilo de vida.

Las demencias no son producto natural del envejecimiento sino trastornos con base neurobiológica que ocasionan múltiples déficits cognitivos y funcionales. Si atendemos al manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta versión (DSM-5) el término demencia desaparece y utiliza la categoría diagnóstica de Trastorno Neurocognitivo Mayor para hace alusión a las demencias y a los trastornos amnésicos.

Las demencias suponen una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en el mundo ocupando el 5º puesto (Belloch, 2020) y además parece que en los últimos diez años han supuesto el doble de muertes que las causadas por enfermedades cardíacas (Llibre-Rodriguez, Gutiérrez y Guerra, 2022). Se estima que las demencias afectan al 5-7% de las personas mayores y en algunas de ellas una mayor edad correlaciona con una mayor probabilidad de desarrollo de la enfermedad como ocurre con la enfermedad de Alzheimer, mientras que en otras esto no ocurre como en las demencias frontotemporales.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que produce una desintegración conjunta, homogénea y uniforme de toda la corteza cerebral.

En su inicio los lóbulos temporales y parietales son los más afectados y a medida que la enfermedad avanza también se ve involucrado el lóbulo frontal. En las pruebas de neuroimagen a la hora de estudiar el Alzheimer se han encontrado dos proteínas que juegan un papel fundamental: la proteína TAU y la proteína β Amiloide. El Alzheimer es consecuencia de la combinación de factores genéticos y ambientales. Asimismo, hay factores que pueden incrementar el riesgo y entre aquellos que incrementan el riesgo hay algunos que son factores de riesgo no modificables como la edad, el sexo, las mutaciones genéticas y los antecedentes familiares y otros factores que si son modificables y sobre los que podemos intervenir.

En cuanto a factores genéticos los antecedentes familiares incrementan el riesgo, Liu y cols. (2013) señalaron que éstos explican el 40% de la varianza.  Por otro lado, entre aquellos factores de riesgo modificables se encuentran enfermedades como la Diabetes Mellitus y la hipertensión arterial, así como la obesidad, el estilo de vida sedentario, el consumo de tacaco u otras sustancias, el estado de ánimo deprimido, el bajo nivel educativo y el aislamiento social (Llibre-Rodriguez, Gutiérrez y Guerra, 2022). De tal manera, que también hay factores protectores entre los cuales caben citar la alimentación saludable, el ejercicio físico, el apoyo social y la estimulación a nivel cognitivo.

Las personas con Alzheimer atraviesan distintos estadios a lo largo del tiempo. En una fase inicial se aprecian dificultades de la memoria reciente y un empobrecimiento del vocabulario. En una fase intermedia comienza el síndrome afaso-apraxo-agnóstico y continúa el deterioro mnésico, además en esta fase la desorientación se hace cada vez más patente por lo que requieren de cierta supervisión, a pesar de que la persona sigue valiéndose para determinadas actividades de su día a día. En la fase final, se agudizan los síntomas previos, además la persona se encama, se mantiene mutista, deja de reconocerse a sí misma, presenta disfagia, incontinencia, entre otras y necesita de una supervisión constante.

En cuanto a la intervención de las personas afectadas por Alzheimer debe ser multidimensional, interdisciplinar e individualizado. Es fundamental establecer objetivos compartidos entre los profesionales, el paciente y la familia de este. Es importante proporcionar información a la persona afectada y a la familia acerca de la higiene del sueño, de la nutrición, de las medidas que se deben adoptar en el entorno, del lenguaje, de cómo manejar la agresividad, de la apatía, entre otros (Méndez y cols, 2010).

Se deben prevenir aquellos factores de riesgo modificables. Además, de proporcionar el tratamiento farmacológico específico y para los síntomas concomitantes como puede ser a agresividad o el estado de ánimo deprimido. Por otra parte, debemos fomentar la estimulación cognitiva, dada la capacidad del cerebro de tener neuroplasticidad cerebral a lo largo de toda la vida y podemos ayudar a los pacientes para retrasar el curso de la enfermedad o atenuar su impacto con rehabilitación y entrenamiento y estimulación cognitivos y no nos olvidemos de dar soporte al cuidador principal y a la familia del enfermo para evitar la sobrecarga que puede suponer el cuidado de la persona enferma.

Cristina Corredera, residente de Psicología y profesora en APIR.

Bibliografía

  • American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistics Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-5. Washington, DC: American Psychiatric Association (APA).

  • Belloch, A., Sandín, B., y Ramos, F. (2020). Manual de psicopatología II, Mc Graw-Hill.

  • Liu, C. C., Kanekiyo, T., Xu, H., & Bu, G. (2013). Apolipoprotein E and Alzheimer disease: risk, mechanisms and therapy. Nature Reviews Neurology, 9(2), 106-118.

  • Llibre-Rodriguez, J. D. J., Gutiérrez Herrera, R., & Guerra Hernández, M. A. (2022). Enfermedad de Alzheimer: actualización en su prevención, diagnóstico y tratamiento. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 21(3)

  • Méndez, R., Molina, E., Téna, M., & Yagüe, A. (2010). Guía para Familiares de Enfermos de Alzheimer:“Querer cuidar, saber hacerlo”. Madrid: Dirección General de Mayores. Ayuntamiento de Madrid.