
Resultados de APIR: historias de éxito y superación en nuestra academia
Prepararse para el examen PIR no es sólo un reto académico: es un viaje largo, personal y profundamente exigente. Para quienes deciden recorrerlo, elegir bien con quién hacerlo marca una gran diferencia. En APIR lo tenemos bastante claro. Quienes conformamos esta familia somos personas no solo motivadas a que el alumno saque la plaza, sino que también hemos pasado por el mismo proceso de intentarlo, quedarse a las puertas, elaborar el duelo y levantarse las veces que sean necesarias hasta, al fin, conseguirlo. Podemos ponernos en tus zapatos.
Y por eso hoy quiero hablar de los resultados, pero no en cifras, sino en historias: las de quienes han conseguido su plaza gracias a una preparación consciente, acompañada y eficaz. Además de haber sido alumno de APIR durante cuatro años (con todos y cada uno de sus meses, semanas, días y horas de estudio), tengo el privilegio de formar parte de este equipazo como profesor de Psicología Clínica y, sobre todo, como tutor. Esto me ha permitido observar, acompañar y empatizar con historias, a cada cual más diferente de la anterior, de superación y de éxito (aunque, en ocasiones, no haya sido a la primera).
Detrás de cada plaza hay una historia de constancia, de dudas superadas y de pequeños logros que se sumaron hasta llegar al objetivo. Y esas historias, creemos, merecen ser contadas.
Recomendaciones prácticas
La experiencia me ha enseñado que no hay una única fórmula para el éxito en el PIR Como siempre comento en mis tutorías, “hay tantas formas de conseguir la plaza como personas que lo intentan”. Sin embargo, hay estrategias que se repiten entre quienes lo consiguen. Estas son algunas de las más valiosas que comparten los alumnos año tras año:
- Planifica con perspectiva: Estudiar para el PIR no es cuestión de jornadas de 12 horas desde el día uno. Es importante tener claro que estamos hablando de “una carrera de fondo”, en la cual hay que familiarizarse con el material, dosificar energías y tratar a priorizar. Lo importante es crear un hábito sostenible. Para ello, puedes contar con la figura del tutor (ya sea modalidad presencial o a distancia) para hacer una planificación INDIVIDUALIZADA y totalmente adaptada a tus circunstancias, teniendo en cuenta los posibles cambios de tu contexto.
- No te obsesiones con memorizarlo todo: La preparación PIR no es un sprint de memorización, sino un proceso de comprensión, análisis y enfoque estratégico. Aprender a priorizar y a aplicar bien lo aprendido es clave. Una frase de un profesor (quien ahora es el director de AMIR Psicología) que me marcó cuando era alumno fue “para sacar plaza, NO te lo tienes que saber todo”. Esto es la pura verdad, y lo sé de primera mano…
- Haz simulacros desde el principio: Muchos lo posponen, pero quienes los integran pronto en su rutina suelen mejorar antes. En APIR insistimos en que no hay mejor forma de perder el miedo al examen que enfrentarlo muchas veces antes del día real. El objetivo es que uno llegue al día de la convocatoria con la sensación (salvando las distancias) de que es un simulacro más de los 35 que ha hecho previamente. Y sí, has leído bien. 35 simulacros. Ni tan mal, ¿no?
- Cuídate. Puede parecer obvio, pero es fácil entrar en la rueda de la oposición y olvidarse de algo muy básico: eres una persona. No eres una máquina de estudiar y responder preguntas tipo test. Como tutor y profesor, tengo muy presente que una de las labores en las que más incidir es en las tareas de autocuidado: “¿estás descansando lo suficiente?; ¿tienes más cosas en el día a día más allá del PIR?; ¿te sientes comprendido y apoyado por tu entorno?”
Uno de los alumnos lo resumía así en la entrevista APIR tras obtener plaza:
“No me levantaba todos los días con ganas, pero sabía que, si tenía dudas, alguien estaba al otro lado para responderme. Eso marcó la diferencia.”
¿Qué tienen en común los que obtienen grandes resultados?
Tras varios años encargándome de, lo que considero, uno de los trabajos más bonitos del mundo como es el de acompañar a los opositores hasta su plaza (y en muchos casos, después de la plaza), hay ciertos patrones que se repiten entre quienes finalmente logran aprobar el examen PIR. Y no siempre son los más evidentes:
- Claridad en el por qué
Tener claro qué te mueve es un motor poderoso. Quienes conectan con su motivación, más allá de “sacar una plaza”, suelen mantener el compromiso incluso en los momentos difíciles. Es difícil estar un viernes por la tarde estudiando Estadística, somos conscientes. Pero, en muchas ocasiones, hay una pregunta que ayuda mucho a reconectar con esa persona que decidió embarcarse en este camino: ¿Por qué quieres ser profesional de la Psicología Clínica?
- Flexibilidad mental
“Rigidez, dentro de la flexibilidad. Flexibilidad, dentro de la rigidez”. No se trata de seguir un plan al pie de la letra, sino de saber adaptarse. En APIR proponemos una metodología probada, sí, pero también animamos a personalizarla según las necesidades y el ritmo de cada uno.
Una antigua alumna en su entrevista post-plaza:
“Lo que me ayudó no fue solo el temario, sino el permiso que me dio mi tutora para adaptarlo a mi forma de aprender”.
- Espacios para cuidarse
Quienes logran plaza no suelen ser los que lo dan todo a cualquier precio, sino los que encuentran momentos para descansar, desconectar, y volver con energía. El autocuidado no es un lujo durante el PIR: es parte de la estrategia.
De hecho, existe una correlación en todas aquellas personas que sacan plaza con respecto a su último año de estudio: “no sé por qué, pero el año que saqué mi ansiada plaza fue el año que menos estudié y más me cuidé”.
- Evaluación realista
Conocerse es clave. Muchos alumnos descubren, gracias a nuestras sesiones de seguimiento y análisis de simulacros, que sus puntos débiles no eran los que creían. Medir el progreso no es solo para controlar, sino para ajustar a tiempo. Herramientas como el feedback de simulacros, el histórico de fallos, el banco de preguntas, etc. Útiles en ese acto de humildad y honestidad de reconocer que no te lo sabes todo, que hay cosas que puedes mejorar. Ahí entran la amplia gama de recursos de APIR, para poner el foco en lo que uno cree que es una debilidad y, con esfuerzo y paciencia, convertirlo en una fortaleza.
La importancia del entorno académico
Una de las cosas que más destacan quienes pasan por APIR es la sensación de acompañamiento. En un proceso tan largo, no basta con buenos materiales: hace falta un entorno que motive, que entienda y que sostenga cuando aparecen las dudas (no sólo en relación con el temario…).
Ya sea desde la modalidad presencial u online, lo que se ofrece es mucho más que clases:
- Un equipo cercano y disponible: Resolvemos dudas, pero también escuchamos. Porque sabemos que detrás de cada pregunta hay alguien intentando hacerlo lo mejor posible. Recuerda, hemos estado en tu lugar. Sabemos a lo que te enfrentas.
- Una comunidad con propósito: Los grupos de alumnos se convierten muchas veces en redes de apoyo que perduran más allá del examen. Ejemplo de ello son mis GRUPOS REPIR 5 de 2023, REPIR 8 de 2024 y REPIR 5 de 2025, “LOS DE LAS PLAZAS”. Personas de diferentes provincias del país, a priori solas en su proceso, estableciendo lazos con otros alumnos, acompañándose mutuamente, compartiendo material, dramas y alegrías a lo largo del curso.
- Un modelo que se adapta a ti: Hay alumnos que estudian desde pequeñas ciudades, otros que trabajan a media jornada, algunos que ya lo intentaron una vez y ahora necesitan reenfocar. Por eso, nuestro modelo se ajusta, ofreciendo opciones para distintas realidades.
Y sí, nos gusta pensar (y sabemos a ciencia cierta) que todo eso también influye en los resultados APIR.
Conclusión: mucho más que cifras
Los resultados no son sólo cuántas personas aprueban; que, por cierto, cabe decir que, año tras año, somos la academia con más número de plazas obtenidas, por si alguien le interesa el dato…
También son las historias que nos dejan, los cambios que vemos en nuestros alumnos, las inseguridades que transforman en confianza. Las debilidades que se convierten en fortalezas.
Cuando alguien elige APIR no solo busca una academia PIR, sino una guía en el proceso. Y para mí, para nosotros, para esta FAMILIA, ese compromiso es lo que le da sentido a cada año que empieza.
Si estás pensando en preparar el PIR, quizá te veas reflejado en algunas de estas historias. Tal vez estás buscando un método que combine estructura y humanidad, o una forma de prepararte que no te desconecte de tu vida. Un punto medio entre la exigencia y el cuidado.
Sea cual sea tu punto de partida, estás a tiempo de escribir tu propio camino. Nosotros estaremos aquí para ayudarte a recorrerlo. Con APIR, una plaza es para ti.
Y para terminar este post, una mirada al recuerdo con el vídeo de mi testimonio del año que conseguí mi plaza PIR, que aquí abajo os dejo, con algún añito menos, pero con la misma ilusión 😉
Fdo: Alejandro Román. Residente de Psicología Clínica. Tutor y Profesor de APIR